Santo Toribio Romo González (*Jalostotitlán, 16 de abril de 1900- + ídem. 25 de febrero de 1928) fue un sacerdote mexicano, es Santo mártir y patrono de los "mojados" o migrantes indocumentados.
Infancia
Toribio Romo González nació en la localidad de Santa Ana de Guadalupe ─según el Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI, esta localidad contaba con 311 habitantes─ perteneciente al municipio de Jalostotitlán, en la zona de Los Altos de Jalisco, México. Sus padres fueron Patricio Romo Pérez y Juana González Romo. Toribio recibió el bautismo en la parroquia de la Virgen de la Asunción.
En aquella época los niños iban a la escuela parroquial, así lo hizo también Toribio. A los 11 años de edad ingresó al seminario auxiliar de San Juan de los Lagos, con la autorización de sus padres. María era la hermana de Toribio y ella se preocupó por que la educación de Toribio fuera de lo mejor. Los padres de Toribio no consentían con agrado que el estudiara pues ellos preferían que ayudara con las labores del campo, más aún finalmente respetaron la decisión de Toribio de seguir
Sacerdocio
A los ocho años de haber ingresado al seminario de San Juan de los Lagos, ingresó al Seminario de Guadalajara. A los 21 años de edad debió solicitar dispensa de edad a la Santa Sede antes de proceder a la recepción del orden presbiteral. El señor arzobispo Francisco Orozco y Jiménez le confirió el diaconado el 22 de septiembre de 1922, y el 23 de diciembre del mismo año administró la ordenación sacerdotal. Prestó su servicios ministeriales en Sayula, Tuxpan, Yahualica y Cuquío. En la parroquia de esta última se encontró con el señor cura Justino Orona.
La persecución callista contra la Iglesia Católica enardeció los ánimos de los habitantes de Cuquío y el 9 de noviembre de 1926 se levantaron en armas más de trescientos hombres para rebelarse en contra de la opresión del Gobierno, que perseguía a muerte a párrocos y sacerdotes, quienes tenían que vivir escondidos en el campo huyendo de un lugar a otro, esperando de un momento a otro la muerte; ya que su presencia entre los alzados era considerada como complicidad avalando la rebelión1 . El padre Toribio escribió en su diario: ..."Pido a Dios verdadero mande que cambie este tiempo de persecución. Mira que ni la Misa podemos celebrar; sácanos de esta dura prueba ...vivir los sacerdotes sin celebrar la Santa Misa... Tormenta de duras persecuciones ha dejado Dios venir sobre mi alma pecadora. Bendito sea El. decía Toribio. hasta el 24 de junio, diez veces he tenido que huir escondiéndome de los perseguidores, unas salidas han durado quince días otras ocho... unas me han tenido sepultado hasta cuatro largos días en estrecha y hedionda cueva; otras me han hecho pasar ocho días en la cumbre de los montes a toda la voluntad de la intemperie; a sol, agua y sereno. La tormenta que nos ha mojado, ha tenido el gusto de ver otra que viene a no dejarnos secar, y así hasta pasar mojados los diez días..."
El 2 de julio de 1926 se publicó en el diario oficial de la Federación la famosa "Ley Calles" la cual limitaba, en el Art. 17, a celebrar el culto exclusivamente dentro de los templos. El 31 de julio los obispos mexicanos, en patente desafío al gobierno, llamaron a la suspensión del culto en todo el país. De modo que la celebración de la misa se suspendió, no por orden del gobierno, sino por orden del clero2 . La Secretaría de Gobernación ordenó que todos los sacerdotes abandonaran los campos y pueblos procediendo a concentrarse en las ciudades para su posterior registro con la advertencia de que si no lo hacían se ejecutaría en su contra la ley.
En 1927 bajo órdenes del obispo fue enviado a Tequila Jalisco, con mucho pesar pues esa diócesis estaba dominada por las fuerzas federales del presidente Calles. En Tequila encontró una antigua destilería que utilizó para celebrar misa a escondidas. En diciembre del mismo año se ordenó sacerdote el hermano menor de Toribio y fue a Tequila a ayudar a este, ambos vivían escondidos en una barranca cerca del rancho de Agua Caliente que pertenecía al señor León Aguirre.
Martirio
El miércoles de Ceniza, el 22 de febrero, el padre Toribio pidió al padre Román (su hermano) que le oyera en confesión sacramental y le diera una larga bendición; antes de irse le entregó una carta con el encargo de que no la abriera sin orden expresa.
El 25 de febrero una tropa compuesta por soldados federales y agraristas, avisados por un delator, sitió el lugar, brincaron las bardas y tomaron las habitaciones del señor León Aguirre, testigos recuerdan a un agrarista quién gritó: "¡Éste es el cura, mátenlo!"
La tropa entró en su habitación y en ella disparó al padre Toribio. Estando muerto amarraron con ropas el cadáver espalda con espalda a su hermana que acudió al lugar, mientras armaban una camilla de ramajes para transportar el cuerpo del Padre Toribio.
Los verdugos lo despojaron de sus vestiduras y saquearon la casa para después llevarse presa a su hermana María a pie hasta el poblado de “La Quemada”, caminaron pasando frente a la presidencia municipal con el cadáver del mártir Toribio sobre la camilla improvisada con palos que transportaban unos vecinos, los soldados silbaban y cantaban obscenidades al tiempo que los demás rezaban.
María, viajó tan pronto como fue liberada a pie hasta Guadalajara, a casa de sus padres, para cobijarse en el amor paterno y llorar con los suyos la pérdida de su querido hermano. La familia consiguió permiso de velarlo en su casa y al día siguiente, domingo 26 de febrero, entre una multitud, lo sepultaron en el panteón municipal.
Pasados algunos días su hermano el Padre Román, abrió la carta en Guadalajara, encontrándose con que era el testamento del Padre Toribio y leyó su contenido: "Padre Román, te encargo mucho a nuestros ancianitos padres, haz cuanto puedas por evitarles sufrimientos. También te encargo a nuestra hermana María que ha sido para nosotros una verdadera madre... a todos, a todos te los encargo. Aplica dos misas que debo por las Almas del Purgatorio, y pagas tres pesos cincuenta centavos que le quedé debiendo al señor cura de Yahualica..."
Canonización
Toribio murió como mártir de la fe católica el 25 de febrero de 1928. Veinte años después de su sacrificio, su restos regresaron a su lugar de origen, y fueron depositados en la capilla construida por él, en Jalostotitlán. El 22 de noviembre de 1992 fue beatificado, y el 21 de mayo de 2000 fue canonizado por el papa Juan Pablo II junto con 24 compañeros. El 25 de febrero se celebra el día de Santo Toribio Romo.
Altares Conocidos
En Santa Ana de Guadalupe, Jal. lugar de su nacimiento, fue edificado y consagrado el santuario de Santo Toribio, en el cual se encuentran los restos en una urna de bronce. Este santuario fue diseñado por Fray Gabriel Chavez De La Mora.
En la ciudad de Mexicali existe un altar dedicado a este santo. Cualquiera que quiera visitarlo puede hacerlo en el parque municipal de Mexicali junto a la línea internacional, a un costado de la Casa de la Cultura.
Otro altar importante se ubica en el rancho llamado "Agua Caliente" a 10 minutos de Tequila, Jalisco, lugar donde fue ejecutado. Este Santuario erigido en su honor, fue comenzado por el Ing. José Manuel Martínez Aguirre, quien cedió la propiedad para su construcción. Más tarde se formó un patronato encargado de la culminación de la edificación. En este sitio, a un costado del templo, se encuentra la casa donde vivió Santo Toribio y fue apresado por las tropas federales. En la pequeña casa de adobe se encuentran varias de sus pertenencias que utilizó durante su úlitma etapa refugiado de las tropas federales. Mensualmente el domingo mas cercano al día 25 se celebran misas en su honor en el Santuario, mientras el triduo que recuerda su martirio es celebrado del 23 al 25 de Febrero, festividad con auge creciente año con año.
Otra iglesia dedicada a el, esta en Tijuana, B.C. en Santa Fe.
En esta misma Parroquia es en donde nace el Coro de Niños y Adolescentes "Angeles de Santo Toribio".