PELÍCULA: Un Dios prohibido: Los 51 beatos mártires de Barbastro
Título original
Un Dios prohibido
Año
2013
Duración
133 min.
País
España
Director
Pablo Moreno
Guion
Juanjo Díaz Polo
Música
Sergio Cardoso
Fotografía
Rubén D. Ortega
Reparto
Elena Furiase, Jacobo Muñoz, Iñigo Etayo, Jerónimo Salas, Alex Larumbe, Luis Seguí, Gabriel González, Guido Balzaretti, Ainhoa Aldanondo
Productora
Contracorriente Producciones
Género
Drama | Histórico. Guerra Civil Española. Religión. Años 30
Web oficial
http://www.undiosprohibido.com/ficha-resumen/
Sinopsis
Verano de 1936, inicios de la Guerra Civil española. La película narra el martirio de 51 miembros de la Comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca), deteniéndose en el aspecto humano y religioso de las personas que participaron en este hecho histórico y resaltando la dimensión universal del triunfo del amor sobre la muerte.
La historia
El martirio de los 51 Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María de Barbastro aconteció durante los días 2, 12, 13, 15 y 18 del mes de agosto de 1936. La comunidad claretiana de Barbastro (Huesca-España) estaba formada por 60 misioneros: 9 Padres, 12 Hermanos y 39 Estudiantes a punto de recibir la ordenación.
El lunes 20 de julio de 1936 la casa fue asaltada y registrada, infructuosamente, en busca de armas. Fueron arrestados todos sus miembros. El superior, P. Felipe de Jesús Munárriz, el formador de los Estudiantes, P. Juan Díaz, y el administrador, P. Leoncio Pérez, fueron llevados directamente a la cárcel municipal.
Los ancianos y enfermos fueron trasladados al Asilo o al Hospital. Los demás fueron conducidos al colegio de los Escolapios, en cuyo salón de actos quedaron encerrados hasta el día de su ejecución.
A lo largo de su breve estancia en la cárcel, los tres responsables de la comunidad claretiana fueron verdaderamente ejemplares. Sin ninguna clase de juicio, simplemente por su condición religiosa, fueron fusilados a la entrada del cementerio al alba del día 2 de agosto.
Los que permanecieron encarcelados en el salón de los Escolapios, desde el primer momento se prepararon para morir.
Durante los primeros días de cautiverio pudieron recibir la comunión clandestinamente. La Eucaristía fue, en aquellos trágicos momentos, el centro de su vida y el origen de su fortaleza.
Con la oración, el rezo del Oficio y del rosario fueron preparándose interiormente para la muerte. Hubieron de soportar muchas incomodidades físicas y morales.
Fueron atormentados con simulacros de fusilamiento. Les introdujeron prostitutas en el salón para provocarles. Varios recibieron distintas ofertas de liberación. Pero ni uno solo claudicó.
El reconocimiento de su heroicidad ante el martirio fue reconocido por todos desde el primer momento. Herederos del espíritu apostólico de san Antonio María Claret, se mantuvieron atentos a los desafíos misioneros de ese su tiempo: antes de ser encarcelados se habían mostrado sensibles a los más desfavorecidos de su época, los obreros, y se estaban preparando con ilusión y mirada universal para un ya próximo ministerio.
Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992.
Carta de despedida a la Congregación
«Anteayer, día 11, murieron, con la generosidad con que mueren los mártires, 6 de nuestros hermanos; hoy, 13, han alcanzado la palma de la victoria 20, y mañana, 14, esperamos morir los 21 restantes. ¡Gloria a Dios! ¡Y qué nobles y heroicos se están portando tus hijos, Congregación querida!»
«Pasamos el día animándonos para el martirio y rezando por nuestros enemigos y por nuestro querido Instituto; cuando llega el momento de designar las víctimas hay en todos serenidad santa y ansia de oír el nombre para adelantar y ponernos en las filas de los elegidos; esperamos el momento con generosa impaciencia y, cuando ha llegado, hemos visto a unos besar los cordeles con que los ataban, y a otros dirigir palabras de perdón a la turba armada; cuando van en el camión hacia el cementerios, los oímos gritar ¡Viva Cristo Rey! Responde el populacho, rabioso, ¡Muera! ¡Muera!, pero nada los intimida.»
«¡Son tus hijos, Congregación querida, éstos que entre pistolas y fusiles se atreven a gritar serenos cuando van hacia el cementerio ¡Viva Cristo Rey! Mañana iremos los restantes y ya tenemos la consigna de aclamar, aunque suenen los disparos, al Corazón de nuestra Madre, a Cristo Rey, a la Iglesia Católica y a ti, madre común de todos nosotros. Me dicen mis compañeros que inicie yo los ¡vivas! y que ellos ya responderán.»
«Yo gritaré con toda la fuerza de mis pulmones, y en nuestros clamores entusiastas adivina tú, Congregación querida, el amor que te tenemos, pues te llevamos en nuestros recuerdos hasta estas regiones de dolor y de muerte.»
«Morimos todos contentos, sin que nadie sienta desmayos ni pesares; morimos todos rogando a Dios que la sangre que caiga de nuestras heridas no sea sangre vengadora, sino sangre que entrando roja y viva por tus venas, estimule tu desarrollo y expansión por todo el mundo. ¡Adiós, querida Congregación! Tus hijos, Mártires de Barbastro, te saludan desde la prisión y te ofrecen sus dolorosas angustias en holocausto expiatorio por nuestras deficiencias y en testimonio de nuestro amor fiel, generoso y perpetuo.»
«Los Mártires de mañana, 14, recuerdan que mueren en vísperas de la Asunción; y ¡qué recuerdo éste! Morimos por llevar la sotana y morimos precisamente en el mismo día en que nos la impusieron.»
«Los Mártires de Barbastro, y, en nombre de todos, el último y más indigno, Faustino Pérez, C.M.F.»
«¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Corazón de María! ¡Viva la Congregación! Adiós, querido Instituto. Vamos al cielo a rogar por ti. ¡Adiós, adiós!»
Los nombres de los beatos mártires
Los Beatos Mártires Claretianos de Barbastro son los 51 misioneros claretianos martirizados y asesinados por milicianos anarquistas en el inicio de la Guerra Civil Española en la localidad oscense de Barbastro, España, y cuya festividad se celebra el día 13 de agosto cada año.
En la diócesis de Barbastro durante persecución religiosa durante la Guerra Civil Española, fue asesinado el 88% del clero, incluido su obispo.
Prisión
Estuvieron presos en el colegio de las Escuelas Pías de Barbastro junto con los benedictinos, los propios escolapios, Ceferino Giménez Malla otros laicos y el obispo de Barbastro, Florentino Asensio Barroso, que corrieron la misma suerte que ellos, de donde se fueron realizando a lo largo de los días diversas sacas para su ejecución.
Relación de Fallecidos: Asesinados el 2 de agosto de 1936
Beato Felipe de Jesús Munárriz Azcona, sacerdote, superior de la comunidad, de 61 años
Beato Juan Díaz Nosti, sacerdote, director espiritual, 56 años
Beato Leoncio Pérez Ramos, sacerdote, ecónomo, 60
Asesinados el 12 de agosto de 1936
Beato Sebastián Calvo Martínez, sacerdote, maestro 33
Beato Gregorio Chirivás Lacambra, hermano misionero 56
Beato Nicasio Sierra Ucar, sacerdote, maestro 45
Beato Pedro Cunill Padrós, sacerdote, maestro 33
Beato Venceslao Clarís Vilaregut, estudiante de teología 29
Beato José Pavón Bueno, sacerdote, maestro 27
Asesinados el 13 de agosto de 1936
Beato Secundino María Ortega García, sacerdote, profesor de teología 24
Beato Javier Luis Bandrés Jiménez, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato José Brengaret Pujol, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Manuel Buil Lalueza, clérigo profeso, estudiante de teología22
Beato Antonino Calvo Calvo, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Tomás Capdevila Miró, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Esteban Casadevall Puig, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Eusebio Codina Millá, clérigo profeso, estudiante de teología 21
Beato Juan Codinachs Tuneu, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Antonio María Dalmau Rosich, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Juan Echarre Vique, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Pedro García Bernal, clérigo profeso, estudiante de teología 25
Beato Hilario María Llorente Martín, clérigo profeso, estudiante de teología 25
Beato Alfonso Miquel Garriga, hermano misionero 22
Beato Raimundo Novich Rabionet, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato José María Ormo Seró, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Salvador Pigem Serra, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Teodoro Ruiz de Larrinaga García, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Juan Sánchez Munárriz, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Manuel Torras Sais, clérigo profeso, estudiante de teología 21
Asesinados el 15 de agosto de 1936
Beato Luis Masferrer Vila, sacerdote, maestro, 24
Beato José María Amorós Hernández, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato José María Badia Mateu, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Juan Baixeras Berenguer, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato José María Blas Juan, clérigo profeso, estudiante de teología 24
Beato Rafael Briega Morales, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Francisco Castán Messeguer, hermano misionero 25
Beato Luis Escalé Binefa, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato José Figuero Beltrán, clérigo profeso, estudiante de teología 25
Beato Raimundo Illa Salvia, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Luis Lladó Teixidó, clérigo profeso, estudiante de teología 24
Beato Manuel Martínez Jarauta, religioso profeso, estudiante de teología 23
Beato Miguel Masip González, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Faustino Pérez García, clérigo profeso, estudiante de teología 25
Beato Sebastián Riera Coromina, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Eduardo Ripoll Diego, clérigo profeso, estudiante de teología 24
Beato José María Ros Florerisa, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Beato Francisco María Roura Farró, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Alfonso Sorribes Teixidó, clérigo profeso, estudiante de teología 23
Beato Jesús Agustín Viela Ezcurdia, clérigo profeso, estudiante de teología 22
Asesinados el 18 de agosto de 1936
Beato Jacobo Falgarona Vilanova, clérigo profeso, estudiante de teología 24
Beato Atanasio Vidaurreta Labra, clérigo profeso, estudiante de teología 25
El mártir obispo de Barbastro: Beato Florentino Asensio Barroso
El beato Florentino Asensio Barroso (nacido en Villasexmir, 16 de octubre de 1877 - fallecido en Barbastro, 9 de agosto de 1936) fue un prelado español, consagrado obispo en 1936. Se desempeñó de forma efectiva como administrador apostólico de la diócesis de Barbastro durante unos pocos meses antes de ser torturado y ejecutado. Fue uno de los trece obispos asesinados durante la Guerra Civil Española, víctima de la persecución religiosa. Fue proclamado mártir por la Iglesia católica y beatificado por Juan Pablo II en 1997.
Vida: Primeros años y sacerdocio
Florentino Asensio Barroso nació el 16 de octubre de 1877 en Villasexmir (Valladolid), por entonces perteneciente a la diócesis de Palencia. Era hijo de Jacinto Asensio González, vendedor ambulante, y de Gabina Barroso Vásquez, quien atendía una tienda del poblado. El matrimonio tuvo nueve hijos. Florentino recibió el bautismo en la parroquia de la Asunción de Villasexmir el 24 de octubre de ese año, y la confirmación por Don Juan Lozano y Torreira, obispo de Palencia, el 6 de junio de 1878, en la misma iglesia.
Ingresó muy joven en el seminario de Valladolid. En la misma ciudad accedió al sub-diaconado y al diaconado el 22 de septiembre y el 22 de diciembre de 1900, respectivamente. Fue ordenado presbítero con tan solo 23 años, el 1 de junio de 1901.
El 2 de agosto de 1901 fue nombrado coadjutor de la parroquia de Villaverde de Medina, en la cual permaneció durante un año y medio. Luego, fue trasladado a Valladolid, donde el arzobispo José María Cos y Macho le confió el 1 de marzo de 1905 su secretaría (capellanía) particular y archivo episcopal, y el 11 de octubre de ese año la mayordomía del palacio episcopal.
Sin abandonar estas funciones continuó sus estudios y obtuvo su doctorado en Teología en la Pontificia Universidad de Valladolid el 29 de agosto de 1906. El Consejo Académico lo propuso como profesor de Metafísica, trabajo que desarrolló durante el ciclo lectivo 1909-1910.
El 30 de abril de 1910 fue elegido canónigo de la Catedral. El 4 de febrero de 1915 fue designado director ejecutivo de los fondos de la Arquidiócesis y capellanías y el 3 de julio de 1918 fue promovido a una canonjía de gracia.
Su labor se multiplicó: fue el confesor del Seminario Conciliar de Valladolid y de las Hermanas Oblatas (1920-1935), del monasterio cisterciense de Las Huelgas (1923-1935) y del Hospital de Esgueva (1930- 1935). En 1925 fue nombrado párroco de la parroquia del capítulo metropolitano de Valladolid. Desde febrero 1932 hasta abril 1935 fue director del Apostolado de la Oración.
Obispo
Interior de la Catedral de Santa María de la Asunción de Barbastro, donde el obispo Florentino Asensio Barroso desarrolló su breve ministerio episcopal.
Su celo pastoral le dio fama, y en 1935 el Nuncio Apostólico Federico Tedeschini le comunicó que el papa Pío XI lo proponía a la dignidad episcopal con sede en Barbastro (Huesca). Fue designado obispo de Euroea in Epiro (Euroeensis in Epiro) y administrador apostólico de Barbastro el 11 de noviembre de 1935 y consagrado obispo en Valladolid el 26 de enero de 1936, siendo su consagrador principal el arzobispo Remigio Gandásegui y Gorrochátegui.
Tomó posesión de la sede de Barbastro como administrador apostólico el 8 de marzo de aquel año, entrando discretamente el día 15 para evitar disturbios anticatólicos.
Como comenta Montero Moreno (1999, op.cit.), su ministerio episcopal como administrador apostólico de Barbastro (una pequeña diócesis del norte de España), no solo fue muy breve (seis meses) sino signado por la violencia extrema.
Vio caer en primer término a su vicario general y asistió al arresto de casi todos sus sacerdotes. En esa pequeña diócesis de los Pirineos había a su llegada 131 sacerdotes, de los que 113 fueron asesinados, incluyendo 50 misioneros claretianos, algunos estudiantes de teología, un monasterio entero de 19 benedictinos, y 9 padres escolapios que tenían una casa en Peralta de la Sal y un colegio en el mismo Barbastro.
Su arresto, tortura y muerte
Capilla de San Carlos Borromeo, en la Catedral de Santa María de la Asunción de Barbastro. Allí se veneran las reliquias incorruptas del obispo Florentino Asensio Barroso.
Con la sublevación militar fue arrestado en la residencia episcopal, y encarcelado el 22 de julio de 1936. Al atardecer del día 8 de agosto, fue trasladado a una celda solitaria de la cárcel del Ayuntamiento, en la misma plaza. En los interrogatorios a que fue sometido fue torturado repetidamente, sufriendo la amputación de la bolsa escrotal.
En la madrugada del 9 de agosto de 1936 le llevaron, junto con otros doce detenidos, en un "camión de la muerte" al cementerio, donde fue fusilado. Murió al tiempo que bendecía y perdonaba a sus asesinos.
Su cadáver fue arrojando a una fosa común. Al terminar la guerra civil, se efectuó un proceso de identificación de los allí enterrados. Florentino Asensio Barroso fue fácilmente identificado por las iniciales que marcaban su ropa interior. Su cuerpo fue hallado incorrupto. Sus restos fueron exhumados y depositados en la cripta ubicada bajo el presbiterio de la Catedral de Santa María de la Asunción de Barbastro.
Beatificación
Fue declarado mártir de la Iglesia católica y la ceremonia de su beatificación fue presidida por el papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 1997. Su festividad se celebra el 9 de agosto. En ocasión de su beatificación, sus reliquias incorruptas fueron trasladadas a la capilla de San Carlos Borromeo en la misma Catedral, y depositadas en un sepulcro nuevo ubicado detrás del altar, donde actualmente se veneran.
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